Interrumpiendo la caída . . .
Percibimos que algo en nuestra vida no está funcionando como esperamos y comprobamos que nuestras herramientas para afrontar situaciones difíciles e inesperadas no son lo eficaces que fueron en otros momentos.
En estas ocasiones, generalmente tratamos de encontrar soluciones en nosotros mismos o bien pedimos ayuda a los amigos y/o a la familia como primer paso, pero si el problema persiste, deberíamos solicitar ayuda psicológica.
Aunque nos cueste reconocer que eso que nos preocupa y nos produce malestar puede ser resuelto con ayuda de un psicólogo y éste sea el último recurso que adoptemos, es importante saber que ya recorrimos una parte del camino, dado que todas las soluciones intentadas para resolver el problema y todo aquello que pensamos hasta el momento nos permitirá estar más preparados para comenzar una psicoterapia. Ese es el punto de inflexión, ahí comienza el momento de ocuparse de sí mismo, de cortar por lo sano, impedir que continúe el efecto dominó. Poder solicitar un turno con el psicólogo es el cambio mismo, a partir de este punto comienza la recuperación.