Más que un estado de ánimo. Los niños se deprimen, los jóvenes, los adultos, los viejos, las
mujeres, los varones, los que no tienen trabajo o los que no tienen tiempo, los que perdieron a un ser
querido, los que están enfermos, los que consumen drogas, los pobres, los ricos, los que están solos y
los que se sienten solos. Están los que son depresivos y también losmaníacos y por supuesto los que
son maniaco-depresivos, o sea losbipolares. El bipolar tipo I y el tipo II, los ciclotímicos, los distímicos.
Esta la depresión en el embarazo, la depresión posparto, la depresiónde los domingos, los que están
deprimidos semanas, los que siempr ese los ve deprimidos. La depresión leve, la aguda, la crónica.
Está la depresión y los antidepresivos. La depresión que genera el éxito y alcanzar una meta elevada,
la depresión por sentirse incapaz de lograr “algo en la vida”, la que tiene causas económicas, causa
evidente, real y también la de contornos difusos, imaginarios: cuando tenemos una idea distorsionada
de nuestras posibilidades físicas y mentales y algo nos parece insuperable, ahí también nos deprimimos.
Las posibilidades para encontrarnos con la depresión parecen ser muchas y muy variadas, pero en reali-
dad muchas veces confundimos el ánimo depresivo con la depresión u otro tipo de trastornos que con-
llevan síntomas de este tipo. La idea que tenemos de la depresión es un concepto muy amplio que común-
mente lo aplicamos, también, en el terreno de lo político o la economía, cuando no para nombrar determi-
nados períodos históricos. Angustiarse o sentirse deprimido sin duda que forma parte de la experiencia de
todo mortal y los mejores estudios sobre este tema no fueron hechos por la psicología sino por los poetas,
los filósofos, porque hay cierta angustia existencial que es inherente a la condición del Hombre. Pero la De-
presión como trastorno es algo distinto. Según la clasificación del DSM-IV, que es el manual de diagnóstico
de los trastornos mentales más reconocido internacionalmente, la depresión está incluida dentro de los
llamados “Trastornos del estado de ánimo”,desde allí se ve muy claro que hay que diferenciarla de otras
alteraciones. Muchas veces encontramos un estado de ánimo del tipo depresivo pero que es consecuencia
de una enfermedad física o del consumo de sustancias. El trastorno distímco se diferencia también de la
Depresión en que este tiene mayor persistencia y gravedad porque el sujeto lo sufre la mayor parte del día
durante por lo menos2 años. También es cualitativamente distinta la Depresión del duelo,y en esto el psico-
análisis ha profundizado mucho. En el duelo hay una razón evidente para los ánimos depresivos, nos dice
Freud que “En el duelo, el mundo se ha hecho pobre y vacío; en la melancolía(Depresión), eso le ocurre al
yo mismo.” Si bien en la depresión hay también un sentimiento de pérdida esta se explica más bien por
procesos inconcientes complejos. Es muy característico de la depresión la falta de interés, que se manifiesta,
también, en ausencia de deseo sexual. Un aspecto serio y recurrente es que presenta constantemente ideas
de muerte, otros síntomas ya fuerondescriptos por los griegos, con Hipócrates: aversión a los alimentos,
inmovilidad, insomnio, irritabilidad y desesperanza. Los griegos, siempre ingeniosos, explicaban las enferme-
dades y los cambios de temperamento o “humor” a partir de la influencia de cuatro líquidos corporales llama-
dos “humores”: la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla. Según esta teoría un exceso de sangre pro-
vocaba comportamientos hiperactivos, mientras que el exceso de bilis negra provocaba un comportamiento
abatido, apático y un manifiesto sentimiento de tristeza. Se pensaba que era por la influencia del planeta
Saturno que el hígado secretaba esta “bilis negra”.
Sorprendentemente, miles de años más tarde, encontramos que lamayor parte de los fármacos antidepresivos
son potentes inhibidores de alguna de las enzimas del hígado.